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Let's Hear From You! Como me convertí en aficionado del sumo
por James Vath
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(Wakanosato) perdiera y Kaio ganara (su compañera de habitación se llamaba Kayo) Revisando los ranking de esa época, Kaio termino el basho 9-6, mientras que Wakanosato terminó con un 6-9. Lamentablemente, mi interés en el sumo terminó siendo más largo que el de la señorita Sato en mi.
Una de las cosas que en mayor parte impidió que mi interés por el sumo no creciera cuando estaba viviendo en Estados Unidos, e incluso durante el año y medio que pasé en Japón cuando estuve en la armada, fue la poca exposición que tuve al deporte. Siempre me sorprende saber la cantidad de fanáticos del sumo que existen alrededor del mundo, y la variedad de países donde viven. Estoy seguro que si no fuera por que vivo en Japón, nunca me hubiera convertido en un fanático de este deporte. Y si algún día vuelvo a los Estados Unidos creo que de alguna forma u otra mi interés disminuirá. El poder ver sumo en televisión por 3 horas diarias durante cada basho, el poder asistir a por lo menos un baso al año, el tener acceso a libros sobre sumo y leer artículos sobre sumo en el periódico, en fin, esas maravillosas ventajas que significa vivir aquí. El ambiente que se vive en cada
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Antes de venir a Japón en el año 2001, solo había visto el sumo un par de veces. Además siempre ocurría de una forma inesperada, en lugares y momentos completamente sorpresivos. Por ejemplo, cuando estaba sentado sin hacer nada frente al televisor y alguien cambiaria el canal, y yo diría algo asi como: “Espera un momento, eso parece interesante”. Algunos de esos recuerdos aun se mantienen frescos en mi mente.
Por ejemplo, recuerdo cuando veía el sumo en el televisor que estaba encima de la mesa de pool del bar frente a mi universidad. Tanto yo como mis amigos no teníamos idea del sumo, pero siempre lo veíamos. En parte era por la novedad que constituía, y en parte también por el entusiasmo que el sumo crea en las personas. Creo que incluso para gente que no sigue
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el sumo seriamente, cuando ven una de las luchas sus cuerpos sé tensionan al ver la fuerza y la velocidad de los luchadores, sin mencionar su tamaño. El sumo siempre produce eso, y quizás por eso nos pasábamos esas tardes mirando este entretenido, y a la vez extraño deporte. Era divertido.
En otra oportunidad, mientras pasaba el día de acción de gracias en la casa de mis padres junto a una chica japonesa (la que un día pasaría a ser mi novia) y de casualidad terminamos viendo las transmisiones del sumo en televisión. Fue muy entretenido ver algo japonés aparecer en la televisión justamente cuando pasaba el día con ella. Si lo recuerdo bien, debe haber sido el décimo día del Aki Basho (torneo de primavera. Su apellido era Sato, y nos reímos de como un tal sato
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